Altea

Para muchos viajeros, Altea es el municipio más bonito de toda la Costa Blanca alicantina. Se sitúa a medio camino entre Benidorm y Calpe y cuenta con un casco antiguo perfectamente engalanado de casas blancas adornadas con plantas y flores. Estas, en verano y en invierno, ponen una espectacular pincelada de color a la ciudad. En su punto más elevado se alzan dos cúpulas de color azul que se han convertido en los símbolos más importantes de la localidad. Elementos que, además, han inspirado a decenas de artistas durante las últimas décadas. En definitiva, un destino imprescindible para los amantes del sol y de la playa.

Lugares de interés en Altea

Pasear por el centro artístico de Altea es una delicia. Sus calles, estrechas, adoquinadas y repletas de escaleras, permiten descubrir rincones tan bonitos como la Iglesia de Nuestra Señora del Consuelo, cuyas cúpulas están decoradas con típicos azulejos levantinos. Lo mismo sucede con la Plaza de la Iglesia y, sobre todo, con el Mirador de los Cronistas. Se trata, sin lugar a dudas, del mejor lugar de todo el municipio para contemplar panorámicas del mar Mediterráneo y de los parajes naturales que lo rodean. Desde él es posible contemplar la bahía, la Sierra Helada, Albir y hasta el Peñón de Ifach. Especialmente recomendable es visitarlo para contemplar el atardecer.

Fiestas de Altea

Cada barrio de Altea celebra sus propias fiestas. Estas son las más importantes que acontecen a lo largo del año:

• Mig Any: tiene lugar en febrero y es la más importante. Durante su transcurso se simula un enfrentamiento de moros y cristianos para homenajear a San Blas y al Cristo de la Salud. Sus desfiles son muy famosos en Altea y en sus alrededores.
• Fiestas de junio: el mes más concurrido en términos de eventos. En el barrio de Bellaguarda se celebran las fiestas en honor a la Santísima Trinidad, mientras que en Cap Blanch tienen lugar las de Sant Antoni y en las de Fornet las de Sant Joan.
• Fiestas marineras de julio: en honor a San Pedro y a la Virgen del Carmen. Se celebran en el barrio pesquero de Altea, Santa Ana y Cap Blanch.
• San Roque y San Lorenzo: durante el mes de agosto en L'Horta y en el centro histórico.

Playas de Altea

En Altea, la temperatura media anual es de 22º C y sus inviernos se caracterizan por ser cortos y suaves. Además, sus veranos son bastante calurosos. Esta bondad climática, unida a sus 8 km de costa en los que abundan las playas de arena fina bañadas por las cristalinas aguas del mar Mediterráneo, convierten al municipio en un lugar ideal para los amantes del turismo de relax y de sol y playa.

En este sentido, junto al centro histórico de la ciudad es posible encontrar las playas de Ronda y Cap Blanc. Debido a su estratégica ubicación, son las más concurridas del municipio durante las épocas de temporada alta. Además, se encuentran rodeadas de chiringuitos en los que saborear lo más selecto de la gastronomía local. Sin embargo, quienes prefieren disfrutar de calas más recónditas e íntimas, suelen buscar entre los acantilados de la Sierra de Bernía una pequeña cala en la que refugiarse.

La zona norte de Altea también es ideal para encontrar playas menos concurridas. Sin duda, las más conocidas son las de Albir y Mascartat. L'Olla y Cap Negret son otras de obligada visita para cualquier viajero que se precie.

Gastronomía de Altea

La gastronomía de Altea es uno de los referentes de la popular cocina mediterránea. Está compuesta, fundamentalmente, por arroces, pescados y productos de la huerta. Los platos más famosos de este municipio son la paella amb aladroc, en la cual el arroz se acompaña de boquerones, y el empedrat, un combinado de habichuelas blancas y bacalao. El arroz a banda y el caldero, que recibe este nombre por prepararse tradicionalmente en calderos de hierro, son otros platos imprescindibles.